miércoles, 9 de diciembre de 2009

Por un puñado de afganis

Esta mañana, leyendo en la prensa un artículo donde un soldado relataba su experiencia en Afganistán, comprendí lo afortunada que soy viviendo en España y valoré, en unos pocos segundos, todo lo que tengo.


Tiene 22 años y se llama Majibullah Shermomad. Es soldado afgano y se dedica a buscar artefactos explosivos plantados por los talibán en carreteras y caminos para matar a militares norteamericanos. La técnica que utiliza es tan simple como ir en moto por delante de los blindados estadounidenses mirando atentamente al suelo para intentar localizar los artefactos explosivos que los talibán esconden a escasos metros bajo tierra. Una simple garrafa de plástico podría hacer añicos a todo ser humano y a todo lo que se ponga por delante.

Aun asumiendo el alto riesgo que ello supone, Majibullah y miles de soldados como él se entregan a esta labor día a día, defendiendo un mundo más justo. Pero sobretodo, luchando por otros compañeros que cayeron en el campo de batalla. Ese es su principal objetivo: combatir por todos esos inocentes que fueron asesinados delante de sus ojos sin causa justificada.

Majibullah cobra 9.000 afganis al mes, que viene a salir unos 130 euros. Una cantidad bastante por debajo de lo que los talibán pagan a los que optan por empuñar las armas y ponerse de su lado: casi 200 euros. A pesar de todo ello, el militar cobra el salario con retraso por lo que además tiene problemas para hacer llegar parte del dinero a su familia, que por cierto no sabe a qué se dedica. “Es mejor así. No quiero que sufran”, explicaba el militar.

1 comentario:

  1. Son pocos, pero afortunadamente todavía se dan casos de gente que prefiere ganarse la vida honradamente, cuando lo fácil es hacer justo lo contrario. De todas maneras, resulta muy triste que haya gente que tenga que ganarse así la vida.

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